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La cueva de Cueva Valiente

     Mis primeras excursiones
al puerto de los Leones,
recuerdos de adolescente;
Cabeza Líjar pasada,
alcanzó nuestra mirada
también a Cueva Valiente.

     Desde aquella expedición
rebosante de ilusión,
la sierra completamente
he visitado con creces;
desde entonces muchas veces
visité Cueva Valiente.

     Pero por varias razones
tras cuantiosas excursiones
y ascensos —curiosamente—,
nunca visité la cueva
cuya presencia da prueba,
del nombre Cueva Valiente.

     En San Rafael quedamos,
desde donde comenzamos
por la pista alegremente,
llamada del Ingeniero,
a finales de febrero,
subiendo a Cueva Valiente.

     Nunca es demasiado tarde
para hacer lo que te aguarde,
y así, merecidamente,
con la emoción que conlleva,
por fin visité la cueva
que existe en Cueva Valiente.

     Todos, pues, muy animados
entre pinos escarchados
por el hielo reluciente,
el paisaje contemplando
y haciéndonos fotos, cuando
vislumbré Cueva Valiente.

     Con hambre de cancerbero,
el bocata montañero
nos comimos ferozmente
siguiendo ya la costumbre,
en lo alto de la cumbre,
cumbre de Cueva Valiente.

     Finalizamos bajando,
al principio resbalando
y luego más suavemente;
no me cansé demasiado
ni se me hizo muy pesado
bajar de Cueva Valiente.

     Dime tú si me acompañas 
por las cuevas y montañas
a trotar valientemente
cuando el GMSMA nos lleva
primero a entrar en la cueva,
después a Cueva Valiente.

Paco Cantos  26/2/2020

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