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Piraguas en Buitrago

      Noticias muy preocupantes:
Mostraba el mapa del tiempo
zonas en rojo alarmantes,
calores achicharrantes
llegarían sin contratiempo;
      y la marcha de ese día
no sería un tramo llano,
sino de mucho secano,
aunque al fin terminaría
por el borde de un pantano;
      y como el frescor del agua
combate bien los calores,
no habría opciones mejores
que guiar una piragua
a babores y estribores.

      En Buitrago dio su inicio
la ruta que, sin perjuicio
del calor, fue necesaria,
y haciendo gran ejercicio
por una vía pecuaria,
      hasta el mismo portachuelo
que conduce al Picazuelo,
que en esta gran depresión
es un aislado oteruelo
que domina la extensión.
      Mirara donde mirara,
al sur hasta La Cabrera,
al norte La Cebollera;
la cumbre de Peñalara
al oeste y bien cimera.

      Pero dejando las vistas
llegó a las doce previstas
puntual el tentempié;
tomamos un canapé
para seguir optimistas
      entre zarzas y ganado
por alambradas complejas
pasando por unas rejas,
hasta llegar al buscado
embalse de Puentes Viejas,
      cuya orilla marcaría
una vereda ondulante
que siguiendo llegaría
al punto en que iniciaría
nuestra aventura flotante.

      El momento llegó, pues,
de subir a la piragua
provistos con el arnés,
sin enredos ni traspiés
para no caer al agua.
      Remamos aguas arriba
como avezados piratas
quizá de forma excesiva
buscando la perspectiva
de unas fotos inmediatas.
     
     «Imnumerables veces visité
Buitrago, sus almenas y atalayas,
mas esta la ocasión primera fue
en que vi desde el río sus murallas.»

      Y vencida la regata,
en el mismo embarcadero
con un baño placentero,
¡Vaya, pues que malapata!
se terminó el día playero.
      El que más lo disfrutó,
Kiro montado en su barca,
mientras Tufi se quedó
atado, solo y sin charca,
hasta que esto concluyó.

      Acabose la excursión
como siempre finaliza,
refrescando los gaznates
con lo que nos neutraliza
el fragor de los combates;
      fue por tanto una jornada
insólita y peculiar:
primero canicular,
después un poco mojada;
lo cual me da que pensar
      que es un poco surrealista
que porque un excursionista
haga una ruta en Buitrago,
cambie de senderomago
a senderopiragüista.

Paco Cantos  26/6/2019

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